Era algo supersticioso, pero solo a veces, sabía demasiado de la vida como para asustarse o preocuparse por un gato negro o un martes y trece.
Mi Padre, José Larios, Pepe, tenía mil pinceladas de humor negro, y se reía de cementerios y otras cosas.
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Mi padre, José Lários y yo |
Cuando ya estaba realmente fastidiado, en una conversación con más testigos, dijo que de flores a la tumba nada, "que una vez muerto la cebá al rabo" y directamente a mi me dijo "tu en lugar de flores te tomas un asiático por mi y listo", vale, le respondí añadiendo "pero tendrá que ser otro para mi, porque el tuyo es tuyo", "naturalmente, el mío mío y tu luego el tuyo" contestó... a las pocas semanas murió, un 3 de diciembre, yo estaba en mi estudio terminando una boda cuando me llamó mi madre.
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nuestros dos asiáticos |
Lo bajé en mis brazos envuelto en una manta,con el cuerpo aun caliente, los cuatro pisos de la vivienda... mil escalones dolorosos cuesta abajo.
Aquella misma noche comencé el ritual.
24 años después sigo con la costumbre, es la hora, voy a convidarme con mi padre, dos asiáticos sin canela me esperan… a por ellos
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un precioso asiático cartagenero |
Bien, ya está, ya he repetido mi ofrenda, mi homenaje bastante personal, pero sentido y sincero como el que más… Dios te guarde Papi.