La Ketamina mejora los síntomas en pocas horas en comparación con los fármacos tradicionales
Los investigadores han comprobado el efecto de la ketamina en la corteza prefrontal de un grupo de ratas y han logrado discernir que el fármaco interviene en la creación de nuevas conexiones sinápticas entre las neuronas, un proceso conocido como ‘sinaptogénesis’.
“La clave está en el recorrido que hace la ketamina hasta llegar al cerebro”, comenta uno de los colaboradores del estudio, George Aghajanian. “Comprendiendo el mecanismo que produce el efecto antidepresivo de la ketamina se podrá atacar el trastorno desde más ángulos consiguiendo una mayor eficacia”, añade.
En este sentido, el equipo de la Universidad de Yale ha identificado un “punto crítico” en ese recorrido, la enzima ‘mTOR’, que controla la síntesis de las proteínas requerida para el desarrollo de nuevas conexiones sinápticas. La ketamina se ha utilizado tradicionalmente como un anestésico general para niños, pero desde hace una década se ha comprobado que, en bajas dosis, el fármaco ayuda a los pacientes deprimidos a remontar su enfermedad.
Según explica el director del estudio, el profesor y de Psiquiatría y Farmacología de la Universidad de Yale Ronald Duman, la ketamina es “como una droga mágica que con una sola dosis es capaz de trabajar de siete a diez días”.
En los estudios clínicos realizados con la ‘Special K’ este fármaco se ha mostrado eficaz en al menos el 70 por ciento de los pacientes que presentaron resistencias a tratamientos con otros antidepresivos, que fueron superadas a las pocas horas de recibir la ketamina.
Sin embargo, este medicamento tiene un uso clínico limitado porque requiere administración intravenosa, bajo supervisión médica y en algunos casos se han registrado brotes psicóticos como efecto secundario.