Que terrible llamada me ha dado Ginés Zamora sobre mediodía… y lo peor es que no me ha pillado por sorpresa, la
estaba esperando desgraciadamente.
La ultima vez que lo vi, estaba de casi verdoso, no le entendí a penas una palabra, la voz era un debil susurro... bebía una fanta de limón, me quiso invitar una vez, de tantas cientos de veces, una vez más, la última, Me fui con dolor de pecho, me dio muy mala espina. He estado mucho más que intranquilo por su ausencia, por su silencio.
Este silencio tan extraño, tantas llamadas sin respuesta,
tantos mensajes sin respuesta, demasiado silencio por su parte, cinco días sin
nada.
Acaba de morir mi querido amigo Michi, una gran persona,
paraguas de mis dolencias, linterna de mis soledades, cobijo de carencias
varias.
Que gran caravaqueño, que amor por su tierra, por sus
símbolos, por sus tradiciones, por
su mesnada...
Con cuanto placer nos llevó por restaurantes, bares,
rincones y monumentos de su Caravaca querida, cuantos cientos de personas le
pudieron abrazar y saludar, era un no parar.
Querido Michi…
Que vacío tendré cuando siga viendo a nuestro Madrid, en mi
memoria y de forma discreta (como tu y yo veíamos los partidos) te dedicaré los
goles de nuestro equipo. Dios te ampare amigo mío, te lo mereces de sobra.
Querido Michi…