EL PROMOTOR E IMPULSOR DEL VIAJE LUNAR, KENNEDY.
DESPUÉS DE CUARENTA AÑOS (QUE YA TIENE COJONES LA COSA) YO SIGO CON MIS MILES DE ENFERMEDADES DE TODAS LAS CLASES Y COLORES (PERO RECONOZCO QUE VIVIENDO BASTANTE BIEN) Y EN CAMBIO LOS HOMBRES, YA NO PUEDEN LLEGAR A LA LUNA, ES LO QUE HAY… YO SIGO, OTROS YA NO LLEGAN.
Recuerdo como si fuese ahora mismo, aquella calurosa noche veraniega, yo estaba más que malo, con las habituales fiebres altas que me dan y que yo aguanto sin pestañear, no se… pero a las tantas de la madrugada española, con una tele en blanco y negro que nos habíamos llevado desde mi casa al bar que regentaban mis padres, renegando y lo que fuese necesario, yo vi aquella noche esa hazaña de un país empeñado en ser grandes por encima de todo, también estábamos involucrados de alguna manera los que no éramos yanquis, pero el mérito era todo suyo, sin duda.
La voz de Jesús Hermida, siempre cálida y sabihonda, amena y familiar, me guiaba entre aquellas malísimas imágenes, pero yo puedo decir que yo vi aquello, yo estuve allí.
Los siguientes días, mi malura se convirtió en enfermedad larga y angustiosa, pero amigo, no lo dudes
¡LO QUE NO TE MATA, TE HACE MÁS FUERTE!
Y ahora un poco de historia, para que sepas un poco más:
DEL APOLO AL COLUMBIA
A LAS 22.56 horas de esta noche, hora de Cabo Cañaveral, cinco horas más en Madrid, dos hombres, Neil Armstrong y Buzz Aldrin, por este orden, pisaban por primera vez la superficie de la Luna.
Hace 40 años el Hombre dejó su huella en la Luna y, pese a algunos tropiezos, desde entonces ha alcanzado objetivos como la construcción de una estación espacial habitada de forma permanente y la exploración profunda del sistema solar.
Tras el primer éxito soviético, los Estados Unidos reaccionaron con la creación del programa Apolo, que casi 12 años después, aquel 20 de julio de 1969, convirtió al astronauta Neil Armstrong y a su compañero Buzz Aldrin en los primeros seres humanos que pisaban la Luna.
El programa Apolo supuso una inversión de 24.000 millones de dólares.
Más de 400.000 trabajadores participaron en su desarrollo.
El cohete, la nave y el módulo lunar estaban compuestos por 5.600.000 piezas, y aunque todas hubieran funcionado con un 99,9% de eficacia, se podían haber producido hasta 5.600 averías.
Cualquier teléfono móvil de hoy tiene más memoria que el ordenador que Armstrong, Aldrin y Collins llevaban a bordo.
Tragedias espaciales:
La exploración espacial ha sufrido tragedias y tropiezos desde sus primeros pasos. El primer revés ocurrió el 27 de enero de 1967 cuando tres astronautas perecieron en un incendio desatado durante los ensayos de lo que debía ser la primera misión de las cápsulas Apolo.
El 28 de enero de 1986 siete tripulantes del transbordador Challenger murieron cuando la nave estalló 73 segundos después de su lanzamiento desde el Centro Espacial Kennedy, en la Florida. El drama volvió a sacudir a la NASA el 1 de febrero de 2003 al desintegrarse el transbordador Columbia cuando regresaba de lo que había sido una exitosa misión científica.
En esa ocasión también murieron sus siete tripulantes y la investigación, que determinó que una de las alas de la nave había sido perforada por un trozo aislante en el despegue, alteró los planes de la NASA para sus transbordadores, que serán retirados de servicio a partir del próximo año.
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