martes, 15 de noviembre de 2011

ZIPI Y ZAPE O LO QUE ES LO MISMO: EL SEVE Y EL KAYU !vaya dos!

En estos días otoñales de la melancolía y esas cosas, los recuerdos, las nostalgias, los deseos por los asiáticos guapos sin canela ni cuarentaytres, ni limón, ni granos, ni espinillas, ni espuma, ni nata, ni pijos en vinagre, solo asiáticos del tipo Los Mateos de mis tiempos y tal, digo... que mientras busco y no encuentro, y mientras quiero hacer limpieza del ordenata y entonces me tropiezo con cosas de las que quiero guardar aunque se olvidan que están, porque nada de lo que yo no quiero tener lo conservo, ni una sola cosa; pues entonces, como venía contando, me he encontrado con estas dos fotos entre otras trescientas.
Zape y Zipi, o Cayuela y Severo

Estamos mi hermano Severo y un servidor de las monjas, que unimos amistad en otros momentos por los que pasamos en su día pero que fueron buenos e irrepetibles al mismo tiempo.
La de cacahuetes y panchitos de esos que nos pudimos comer solo por hacer tiempo y tal... con  sus cervezas y algunos buscalibres que tampoco faltaron.
Aquellas largas horas de compañía, de recuerdos, de contarnos los nuevos descubrimientos de la vida que no se acababa allí ni allá...

De buen corazón como somos los dos, el bien que hicimos a bastante gente enseñándolas a contar y traducir las estrellas en euros... en fin, quedan los recuerdos y aquellos meses de santa compaña y tal.

Podría poner fotos de Seve y yo comiendo en el Cervantes, en no se donde, en tal lugar, por allí lejos en las Murcias, o Torrevieja o no se que, o con aquellas selvezas en Cala Cortina, interrumpiendo la grabación de una película o no se que...jejeje ¿te acuerdas hermano?

Creo que íbamos tambien con el más pequeño y joven de los tres, nuestro Alex, con nuestro Benigil... la toma era algo de uno que quería hacer no se que de un guardia civil o algo... jjjjj

Aquellos bailes, esas mariscadas, esos carnavales, aquellos Maromos más Francos que nunca, aquellos Portavasos de la San Miguel, aquel viaje a Cadiz, aquellos Talibanes del Mar Menor y sus gloriosos sorteos y tal y cual...
Zipi y Zape, o Severo y Cayuela 


Bueno, pues sabiendo que esto lo vas a ver, te pongo especialmente para ti, estas dos fotos nuestras, el que se quiera calentar la cabeza que siga.

Un abrazo y a ver si te pagas algo un suponer, aunque sea argo, no te preocupes...

lunes, 14 de noviembre de 2011

ESTA ES LA TIERRA, NUESTRO HOGAR


Erase una vez : Nuestro Mundo !La Tierra! 
La Tierra, La Luna y el inmenso espacio


AMANECER FRENTE A LA BRISA DE LA BOCANA CARTAGENERA


Cartagena… querida Cartagena

Nuestros invasores siempre se enamoraron de un puerto tan oculto, protegido y bello como el de la antigua Cartagena, se llamara como se llamase en aquél momento.
Cartagena… querida Cartagena
Aguas y playas, rodeadas y protegidas por la cercanía de sus colinas, aunque esto no impidió que fuésemos conquistados e invadidos una y otra vez.
Cartagena… querida Cartagena
Cartagena es fácil de conquistar, le gusta dejarse seducir, valora como pocas tierras la llegada de sangre distinta, lejana, diferente, y que su mezcla le de fuerzas a sus hijos originales, tan pasivos, tan luchadores de salón, tan tradicionales del “mañana lo hacemos” o también del valeroso “cuando lo hagas tu yo te sigo”.
Cartagena… querida Cartagena
Nuestra tierra, siempre cariñosa y tolerante, nos quiere a todos, y a todos tolera, pero sabe que hay que reforzar la genética original, caso de que la hubiera aún.
Cartagena… querida Cartagena
A veces, durante generaciones, a Cartagena, no se le hacen ni caso, se la deja en una siesta permanente, como en un pasillo de hospital para enfermos viejos y terminales, no está abandonada, pero está allí, en mitad de la nada aunque pasen cerca de su cama; a veces no recibe el menor cuidado, esta generación actual no es de las peores, se está trabajando y mucho por ponerla a flote de nuevo, no sería justo decir lo contrario, pero no hay que dormirse por lo que ya se ha hecho, hay que poner más atención, más continuidad, no todo es cuestión de millones de euros, pero si de mentalización colectiva y mimar a nuestra madre tierra Cartagena ¡joder que tampoco es tan difícil!, solo es cuestión de mentalidad colectiva, voluntad de servicio y amor por ella. También se requiere algo de amor propio.
Cartagena… querida Cartagena
Al amanecer, junto al Faro de San Pedro, cualquier día del año es bueno para respirar el aire que nos acaricia la cara, te eriza el alma, nos trae olores de otras aguas lejanas, que tal vez sea uno de los mayores y más intensos reconstituyentes anímicos que conozco, esencias positivas  que nos animen a seguir luchando. 

ESTUPENDO FIN DE SEMANA DE PASEO POR SEGOVIA Y ALGUNO DE SUS BELLOS PUEBLOS


El autobús nos dejó en el máximo de lo que podía subir, tanto por lo empinado de la cuesta y sobre todo, por su estrechez.
La belleza frente a la belleza
Con calma descendimos del vehículo, los paraguas comenzaron a abrirse, pues la lluvia nos recibió tan solo pisar el suelo. Era tan agradable el contacto con el agua en la cara, que guardé la cámara bajo el chaquetón chubasquero, con la mano izquierda en el bolsillo levantaba la máquina para aliviar su peso de mis dañadas cervicales, el leve viento traía algo de frío que sorprendentemente para mi, no me metía dolor en los huesos. Lo que se dice de frío sin humedad, pues que es cierto, yo lo comprobé de forma clara.

En una brevísima meseta casi en mitad de la rampa que llevaba hasta el pueblo, hice la parada, saqué mi canon y tome unas fotos; colores de otoño, espléndida gama tonal, nubes oscuras, árboles de hojas doradas como el oro, azafranadas y tonos ocres en primer plano, arropados de numerosos matices de verdes, verdes de mil clases de verde.
Con el paso de los años...
La masa de nubes, de las de verdad, como pintadas al puntillismo, su lejana torre de iglesia centenaria.
El color de otoño tal y como uno piensa que tiene que ser
Calles algo más que estrechas, muchos bares y restaurantes, la visión del fuego en su interior, tal vez preparando las brasa para la obligada carne de la comida cercana.

Lo que se visita por primera vez, atrae de forma especial, pero la verdad es que está todo limpio y cuidado, a lo viejo y antiguo se le ve claramente el paso del tiempo, pero no suciedad ni descuido.
Calles centenarias con parabólica incluida


Tampoco escaseaban las casa antiguas equipadas con  bastantes antenas parabólicas.


Tal vez, exceso de señales de tráfico que afean muros y callejuelas, pero sorprendente limpieza en un lugar con tantos árboles de hojas otoñales haciendo lo que se espera de ellas… caer.

Pues a pesar de esto, todo limpio.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Paseo por el casco viejo de Segovia


Era en el atardecer del sábado, por el casco histórico de Segovia, la lluvia acompañaba el paseo de nuestro multitudinario grupo.
Interior de la Catedral de Segovia
Con la cámara fotográfica al hombro y unos pocos pasos de distanciamiento de mi grupo, buscaba un enfoque distinto por el que el guía turístico nos llevaba.

No era nada difícil el encontrar la callejuela oscura, la esquina misteriosamente iluminada, la pequeña estatua a nivel de suelo con sus facciones desgastadas por las millones de manos que pasaron sobre su nariz, ojos y labios...
Segovia, casco antiguo
Mientras enfocaba este entorno, no me hubiese sorprendido ver aparecer por mi visor, a decenas de monjes y cardenales en procesión, o a un grupo de caballeros con capas, espadas ,botas altas y grandes sombreros de ala. Es más, me quedé con la sensación de ver sombras de otros tiempos, cruzar por los rincones más oscuros de la ciudad...
Catedral de Segovia
Tal vez, fue la fina manta de lluvia que distorsionaba los colores del anochecer segoviano.
Ser un Don Juan tenorio en este marco, no tenía que ser nada difícil, los rincones predisponen al amor fugaz y espontáneo.
Segovia